La temperatura, el caudal del río, las costumbres, o los diferentes destinos influyen claramente en la elección de la mosca. Pero para muchos pescadores todo depende del color del agua.
Existen lugares, donde por tradición, la elección del color de la mosca viene determinada por las tonalidades del río. Lo más fácil es fiarse de la experiencia de los guías y pescadores locales, y aunque cada pescador es diferente, algunos tienen sus propias teorías a la hora de elegir la mosca adecuada. En numerosas ocasiones la coloración y la claridad del agua ejercen una gran influencia en ello.
Un pequeño y típico río islandés.
Tales pautas de elección se han mantenido en el tiempo, y algunas como la de “día claro, mosca clara”, y “día oscuro, mosca oscura”, aún se utilizan. Una regla quizá demasiado generalizada pero que se puede adaptar a una gran variedad de tonalidades de agua.
AGUAS CRISTALINAS
Pescar en estas aguas incoloras conocidas como “gin clear” no debe suponer la elección de la mosca más brillante y chillona. Las aguas cristalinas en días claros necesitan diferentes colores que en días oscuros.
A veces las aguas llegan a ser tan claras que los salmones parecen estar suspendidos en el aire.
Según la anterior teoría, en aguas claras y días oscuros una mosca sombría con algún reflejo plateado como la Stoat’s tail puede ser una buena elección. En un día soleado los tonos oscuros pueden reemplazarse por algo más de colorido como el de una Jock Scott o alguna de las variedades de las Sheep.
Stoat eggs. Una Stoat atrevida.
En estas aguas límpidas como la ginebra algunos pescadores se basan en el esquema de colores negro, plata y azul, del que quizá los modelos más representativos sean la Silver grey y la Black & blue, o variantes similares como las nórdicas Sillen y Blalystuba o la islandesa Randy Candy.
La Bismarck, una variante de la Sunray shadow que junto con la Black and blue resulta imprescindible en Islandia.
Sillen, Blalystuba y Randy candy.
Las influencias escandinavas han popularizado el uso de algunos patrones específicos para aguas cristalinas, como la Silver gin de la foto, que conjuga algunas gamas de grises con plata intentando lograr un mimetismo camaleónico que las confunda con el entorno para con ello sorprender al pez repentinamente.
AGUAS VERDOSAS
Las aguas translúcidas con tintes verdosos también llamadas “bottle green” son frecuentes en algunos ríos y a veces se deben a ciertos cambios naturales. El West Rangá puede ser un ejemplo en las temporadas en las que por excesivo calor hay una abundante proliferación de algas.
Aguas primaverales, y líneas superhundidas.
Siguiendo la teoría básica de elección, el tiempo cubierto o de lluvia aconsejaría moscas oscuras tipo Thunder and Lightning. En tiempo claro o soleado convienen más los tonos bronceados como los amarillos o los anaranjados que pueden ir combinados con el básico negro.
En situaciones marginales donde no se tiene claro si se está pescando en aguas suficientemente claras o ligeramente tintadas, uno puede simplemente probar los anteriores colores por separado o conjugándolos. Bajo luz brillante y en esta agua, unaYOB o una German Snaelda podrían ser seguramente una buena elección.
Yellow, Orange and Black. YOB.
La Yellow & White wing es perfecta para los ríos que además tienen ciertos matices amarillentos debidos al color dorado de su fondo pedregoso.
Cuando además de los tintes más o menos verdosos del agua, la frondosidad del entorno se asimila en tonalidades, puede entrar en juego la familia de las populares Green highlander.
AGUAS COLOR DE TÉ
Son muy frecuentes estas aguas acarameladas en gran parte de los ríos europeos. Mantienen su translucidez en mayor o menor grado pero pueden llegar a tener tonos marronáceos o de tanino intenso.
El Dee. Un típico río de aguas color de té.
Aquí los reflejos dorados deben sustituir a los plateados, y mandan el rojo, el naranja, los marrones, los tostados y cualquier modelo herrumbroso bien conocido como “rusty”. En algunos lugares denominan a estas aguas, peat stained waters.
La AMSE, junto con la no menos famosa Cascade, son dos de los mayores exponentes para pescar en estos ríos.
Hay ocasiones en las que estas aguas no tienen un tono tan intenso como aparentan debido a que nos confunden sus fondos tan oscuros.
Purple shrimp, un color clásico para aguas de té que incomprensiblemente casi se ha olvidado en la actualidad.
AGUAS TURBIAS
La turbidez puede ser de variada intensidad. Los embarrados producidos por tormentas se conocen como muddy waters o spate waters entre los británicos. En Escandinavia se llama spring flood al aumento primaveral de caudal debido al deshielo o también a lluvias copiosas.
En estas condiciones se impone sobretodo la visibilidad de la mosca, tanto en colorido como en tamaño adecuado.
El Cares después de una tormenta primaveral.
Mikkeli blue, una apuesta segura para aguas turbias por crecidas primaverales o pesca nocturna en los ríos escandinavos donde está permitida.
Resulta curioso que los pescadores británicos acostumbren a usar moscas de tonos verdosos en estas circunstancias, pero por alguna razón el color verde destaca bien en estas aguas tomadas.
Mi querida Rossemary, hecha para el Gaula.
Es bien sabido por pescadores de otras especies que un señuelo de color negro es probablemente la elección más visible en agua turbia, y puedo atestiguar que un estrímer negro es imbatible en las aguas arcillosas café con leche, o en las lechosas de los ríos calizos o de algunos de los cursos fluviales islandeses con glaciares en sus cabeceras.
Embarrado por tormenta en el Ulla.
¿AFECTA REALMENTE EL COLOR DEL RIO EN LA ELECCION DE LA MOSCA?
Cada uno tendrá su oportuna opinión en base a creencias y experiencias, pero no conviene olvidar algo que ya hemos tratado en artículos anteriores. Es la extendida costumbre de procurar entonar la mosca con los colores predominantes del medio -como el del fondo del río, el del agua o el de la misma ribera- lo cual sólo tiene un propósito según las teorías de algunos de los más reputados gurús europeos de la pesca del salmón.
La Baugur entona bien con los colores dominantes de este cañón del Stora Laxa.
Se trata de lograr un buen mimetismo del engaño con el entorno. Esto hace que el pez no se aperciba de la mosca con demasiada antelación, y así, sea sorprendido de repente por ella, que es la forma más provocativa de incitación a la picada de un salmón.
De todas formas, alguien dijo alguna vez que la mayoría de moscas de salmón estaban hechas principalmente para capturar pescadores.
Tener fe y confianza en la propia mosca es esencial, aunque conocer las tradiciones y efectos de los distintos colores del agua pueden reforzar la creencia en ella.
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